sábado 8 de mayo de 2010
IMPRESIONES: "Proyecciones Krause", de Nahuel Cano
http://poiesisteatral.blogspot.com/2010/05/impresiones-proyecciones-krause-de.html
¿Cómo se arma una narración dramatúrgica? ¿Cómo se compone un relato en el lenguaje teatral? ¿Qué relaciones parte/todo existen y cómo se llega a la percepción de la existencia de cierta "unidad"? ¿Se puede hacer el camino inverso, desarmando, descomponiendo, deconstruyendo una historia? Proyecciones Krause (una deconstrucción familiar), trabaja alrededor de estas preguntas. La sóla elección de la palabra "deconstrucción" ya tiñe la mirada con ciertos procesos de una línea específica del pensamiento contemporáneo. Nahuel Cano, responsable de la dramaturgia y dirección del espectáculo, explica en el blog de Krause (proyeccioneskrause.blogspot.com) cómo nació este proyecto y cómo se fue elaborando. Vale la pena tomarse el tiempo para leer en su propia voz el relato de esta investigación teatral.
La pregunta a la cuál el espectáculo parece querer responder es la siguiente: ¿cómo se arma la puesta en escena de un proceso de desarmado, que pretende a su vez, avanzar en la narración de eso que -al parecer- desarma: una historia familiar, una biografía colectiva, polifónica? Aquí hay un juego de tensiones entre el dispositivo, el lenguaje y la obra en sí misma, entendida como un texto particular de ese lenguaje. Esa tensión (esas tensiones, en realidad) cuestionan lo teatral en muchos sentidos: en tanto representación capaz de construir ficción y dar cuenta de cierto mundo; en tanto sus posibilidades documentales; en sus cruces con otros lenguajes visuales, en particular la imagen fotográfica; en sus cruces con la narratividad de la literatura...
El espectáculo por un lado problematiza todo esto (y algunas cosas más), y al mismo tiempo, cuenta algo, arma un universo y desarrolla una cierta poética. En algunos rasgos formales, esa poética está fuertemente influida por el dispositivo técnico utilizado: cinco proyectores de diapositivas y tres pantallas (una de ellas, móvil). Los proyectores son fuente de imagen y fuente de luz. Las proyecciones toman las pantallas, pero también los cuerpos de los actores y las paredes de la sala. Los personajes interactúan en algunos momentos, pero muchas veces hablan "casi" a público. En realidad, reconstruyen, de algún modo, la situación de estar siendo filmados para un documental, estableciendo un personaje destinatario al que se le contestan ciertas preguntas que el espectador no escucha, pero infiere por los monólogos de los personajes. ¿Es ese personaje quien opera, desde la platea, uno de los proyectores que es a a la vez dispositivo de iluminación privilegiado? ¿Estamos asistiendo a la representación de una obra de teatro o a la filmación, en vivo, de un documental? El cruce de géneros y la ampliación de los límites y de las fronteras de ciertas maneras establecidas de hacer, son claramente deliberados.
Desde el lugar del espectador, y en base a todos estos fragmentos, uno puede re-construir la historia de la familia Krause, uno va armando esos personajes y comprendiendo sus mundos personales y los vínculos entre ellos. En ese sentido no se trata de una obra o un espectáculo críptico. Por una parte, como dijimos, el espectáculo se asienta en parte en su dispositivo técnico y en lo que éste genera en el espacio escénico a nivel estético. Otra "pata" fuerte que sostiene la propuesta son las interpretaciones de los cinco actores del elenco que dan a vida a esta familia Krause. El tercer pilar de esta construcción de una deconstrucción es el lenguaje de las imágenes proyectadas. Y este punto pareciera ser el menos trabajado o al menos el que no parece haber encontrado la eficacia necesaria para estar acorde a las otras dos. Hay juegos interesantes de imágenes superpuestas, invertidas, fragmentadas, etcétera; pero no parece haber algo que "sume" en términos más concretos a la narración. Cano, en su blog, habla de cierto relato indicial que estas imágenes construirían. Es posible. En todo caso, lo será por la contigüidad que establece con el cuerpo de los actores. Pero no hay (o al menos yo no supe/pude verlo) algo específico de esas imágenes que no puedieran tener otras cualesquiera. No hay una singularidad real en las imágenes elegidas, como sí la hay en las composiciones de lo actores, o en la elaboración dramatúrgica de los personajes sobre todo en la madre y las dos hijas mayores.
Desde la experiencia de la recepción, por un lado hay momentos en los que uno se deja subyugar por un cierto clima de la propuesta, pero por el otro, queda una sensación de quedarse con ganas. ¿De qué? De algo más. De un poco más de lo mismo, tal vez, y de una vuelta de tuerca extra, como la que el texto final, a cargo del personaje de la hija menor (especie de narradora o "autora" de este documental, aunque está allí dentro, en el mismo plano que los demás miembros de la familia) pareciera traer. Ese texto, rico, queda algo "lavado" (talvez por algo de la interpretación o por la superposición musical), siendo casi un texto que es clave hermenéutica para todo lo anterior y que merecería una audibilidad clara aunque sin subrayados. Reservas menores aparte, y para cerrar: la propuesta es atractiva; el proceso de trabajo previo, notorio; y los resultados inquietantes.
IMPRESIONES: "Proyecciones Krause", de Nahuel Cano
http://poiesisteatral.blogspot.com/2010/05/impresiones-proyecciones-krause-de.html
¿Cómo se arma una narración dramatúrgica? ¿Cómo se compone un relato en el lenguaje teatral? ¿Qué relaciones parte/todo existen y cómo se llega a la percepción de la existencia de cierta "unidad"? ¿Se puede hacer el camino inverso, desarmando, descomponiendo, deconstruyendo una historia? Proyecciones Krause (una deconstrucción familiar), trabaja alrededor de estas preguntas. La sóla elección de la palabra "deconstrucción" ya tiñe la mirada con ciertos procesos de una línea específica del pensamiento contemporáneo. Nahuel Cano, responsable de la dramaturgia y dirección del espectáculo, explica en el blog de Krause (proyeccioneskrause.blogspot.com) cómo nació este proyecto y cómo se fue elaborando. Vale la pena tomarse el tiempo para leer en su propia voz el relato de esta investigación teatral.
La pregunta a la cuál el espectáculo parece querer responder es la siguiente: ¿cómo se arma la puesta en escena de un proceso de desarmado, que pretende a su vez, avanzar en la narración de eso que -al parecer- desarma: una historia familiar, una biografía colectiva, polifónica? Aquí hay un juego de tensiones entre el dispositivo, el lenguaje y la obra en sí misma, entendida como un texto particular de ese lenguaje. Esa tensión (esas tensiones, en realidad) cuestionan lo teatral en muchos sentidos: en tanto representación capaz de construir ficción y dar cuenta de cierto mundo; en tanto sus posibilidades documentales; en sus cruces con otros lenguajes visuales, en particular la imagen fotográfica; en sus cruces con la narratividad de la literatura...
El espectáculo por un lado problematiza todo esto (y algunas cosas más), y al mismo tiempo, cuenta algo, arma un universo y desarrolla una cierta poética. En algunos rasgos formales, esa poética está fuertemente influida por el dispositivo técnico utilizado: cinco proyectores de diapositivas y tres pantallas (una de ellas, móvil). Los proyectores son fuente de imagen y fuente de luz. Las proyecciones toman las pantallas, pero también los cuerpos de los actores y las paredes de la sala. Los personajes interactúan en algunos momentos, pero muchas veces hablan "casi" a público. En realidad, reconstruyen, de algún modo, la situación de estar siendo filmados para un documental, estableciendo un personaje destinatario al que se le contestan ciertas preguntas que el espectador no escucha, pero infiere por los monólogos de los personajes. ¿Es ese personaje quien opera, desde la platea, uno de los proyectores que es a a la vez dispositivo de iluminación privilegiado? ¿Estamos asistiendo a la representación de una obra de teatro o a la filmación, en vivo, de un documental? El cruce de géneros y la ampliación de los límites y de las fronteras de ciertas maneras establecidas de hacer, son claramente deliberados.
Desde el lugar del espectador, y en base a todos estos fragmentos, uno puede re-construir la historia de la familia Krause, uno va armando esos personajes y comprendiendo sus mundos personales y los vínculos entre ellos. En ese sentido no se trata de una obra o un espectáculo críptico. Por una parte, como dijimos, el espectáculo se asienta en parte en su dispositivo técnico y en lo que éste genera en el espacio escénico a nivel estético. Otra "pata" fuerte que sostiene la propuesta son las interpretaciones de los cinco actores del elenco que dan a vida a esta familia Krause. El tercer pilar de esta construcción de una deconstrucción es el lenguaje de las imágenes proyectadas. Y este punto pareciera ser el menos trabajado o al menos el que no parece haber encontrado la eficacia necesaria para estar acorde a las otras dos. Hay juegos interesantes de imágenes superpuestas, invertidas, fragmentadas, etcétera; pero no parece haber algo que "sume" en términos más concretos a la narración. Cano, en su blog, habla de cierto relato indicial que estas imágenes construirían. Es posible. En todo caso, lo será por la contigüidad que establece con el cuerpo de los actores. Pero no hay (o al menos yo no supe/pude verlo) algo específico de esas imágenes que no puedieran tener otras cualesquiera. No hay una singularidad real en las imágenes elegidas, como sí la hay en las composiciones de lo actores, o en la elaboración dramatúrgica de los personajes sobre todo en la madre y las dos hijas mayores.
Desde la experiencia de la recepción, por un lado hay momentos en los que uno se deja subyugar por un cierto clima de la propuesta, pero por el otro, queda una sensación de quedarse con ganas. ¿De qué? De algo más. De un poco más de lo mismo, tal vez, y de una vuelta de tuerca extra, como la que el texto final, a cargo del personaje de la hija menor (especie de narradora o "autora" de este documental, aunque está allí dentro, en el mismo plano que los demás miembros de la familia) pareciera traer. Ese texto, rico, queda algo "lavado" (talvez por algo de la interpretación o por la superposición musical), siendo casi un texto que es clave hermenéutica para todo lo anterior y que merecería una audibilidad clara aunque sin subrayados. Reservas menores aparte, y para cerrar: la propuesta es atractiva; el proceso de trabajo previo, notorio; y los resultados inquietantes.
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